Anoche: Danza y Poesía. El mágico baile de Ingrid, a pelo de voz, con cadencia rítmica de taichi, dibujaba auras rubias, en la acción de los versos y nos hipnotizó a todos.
Se me atoró la cámara un rato, y no pude inmortalizar a Carmen Ruíz, mientras le decía a alguien: "Y si cruzas la piscina, me casaré contigo". Una pena, pues Carmen Ruiz, aparte de sopesar el compás de sus palabras, es una auténtica belleza.
Otra pena, tampoco pude captar los pies entalcados de Cristina Járboles, ni sus labios lorquianos, ni el zapateado de Ingrid Magrinyá, a quién ya conocía como espíritu de Machado corporeizado, en el Monasterio de Veruela.
He quedado para tomar un vermú, pero luego me meteré con ese poeta total que es Miguel Ángel Ortíz, y ayudaré a Ana Muñoz, a encontrar esa nube en donde debe bajarse.
Al primero, lo conocí el año pasado, porque lo trajo, (o lo arrastró) Alonso Cordel, a un seminario de poesía que dirigía él, en el Van Gogh, para que nos dijera unas palabras. Yo me quedé con tres o cuatro frases :
"No sé que pinto aquí",
"tengo prisa", y
"a mi, la poesía me ha enseñado, que lo más importante en la vida, es, vivir, por eso, esta noche lo pienso pasar de puta madre."
Hubo quien dijo que era un soplapollas, pero a mí, siempre me han caído bien las excentricidades del ego y pensé, "que chico más majo".
Ayér, M. A. Ortíz, (que estaba en su salsa) nos dio unas cuantas cucharadas de su amplísima experiencia, leyendo un catálogo de pintor, una alegoría piscinera, un texto patafísico, una obra de teatro, unas actillas, y otros muchos textos. Todos ellos, en clave de poema y arrullado nota a nota, por la bailarina descalza de los zapatos rojos.
La maestría, el dominio, la seguridad en sí mismo, el haber pasado por un montón de etapas líricas y el estar ahora su poética en una especie de culmen con el teatro, dio como resultado la articulación de unas lecturas con muchas tablas y sin un sólo miligramo de valium.
Para encontrar su nube, Ana, no necesita mi ayuda, porque afina bien y tiene hondura. Aún no me he fijado en el color de sus ojos, (siempre la pillo con los párpados bajados) pero para éste pringao´, ¡ay!, es, two much, su escala de magreos eufónicos, puro deleite, deleite vertiginoso, pero deleite.
Pero lo de "afinar y la hondura", no le gusta, dice que es propio de anuncio de compresas. La culpa la tiene ella, vean si no, éste fragmento de uno de sus absorbentes poemas:
Un poema de Amor
"Me hiciste creer que eras capaz de atravesarme,
de penetrarme, de salvarme, de sanarme.
Una palabra tuya bastaba, una palabra
(pero todos los poetas mienten).
Con las piernas abiertas
dibujé una noche en la luna y te amé.
Fue difícil mantener el equilibrio en aquella postura".
8 comentarios:
un abrazo Pepe...
La noche fue un espacio de zapatos rojos.
Abrazos
Ingrid de Leonor, en Veruela, con Toño de partenair, estuvo apoteósica. Su profanación del templo; su entrada al fanum secreto por el centro de la nave, rasgando el ara con sus pies y sus velos, fue sobrecogedora.
¡Cómo no iba a hacer suyo ese escenario mínimo! ¡Cómo no iba a rendir el gesto a la voz y levantarse para sobrevolarla!
Me rindo yo también.
Y me apetece seguir leyendo tus palabras.
Abrazos.
Es una látima no poder compartir contigo unos momentos de estos.
Un beso.
anda que... mis nubes son de anuncio de compresas!!
(gracias pepe)
Que no, Brutus Montero!
"Para encontrar su nube". A eso me refería yo. Y a que mi lectura desatinada fue lo más parecido a un anuncio de compresas.
¡A eso!
See you tomorrow.
Buenos días le de Dios, en fin que vaya bién esta noche, molta sort.
¿Le has dado un vistazo a lo que te envié el domingo?
Bombays azules, Brugales con coca-cola y buenos poemas. !ahh, voy a vomitar!
Un abrazo
Paco Peco
Ya he puesto un comentario en el blog de Ana M. Que eso, que tengo una pena muy HONDA porque no puedo ir a veros y escucharos a La Campana pero si notas una "presencia" soy yo en espíritu. ¡Dicen que los fantasmas no existen pero....¡
Besos,besos,besos y suerte, suerte, suerte.
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