jueves, 30 de abril de 2009

Puntica y talón.




Cosas raras, eres aragonés pero dentro del corazón tienes un atrezo, de ventana con flores y hortalizas, una Giralda, una Torre del Oro y un onirismo de rasgueo de guitarra y zapateao´, lo que yo te diga, te gusta La Pantoja, te gusta bailar sevillanas, te gusta todo ese rollo del flamenco con sus letras facilonas y populacheras, penas y alegrías, ¡hay pena penita pena!, das mala gana, tío, para un rato, tira que te vas, pero tanto jaleo porque sí, es asfixiante, embrutecedor, empachante, todo el rato lo mismo, ¡qué castigo!. Es muy extraño, deberías ir al siquiatra, hacerte una radiografía del paladar, una analítica de neutrófilos que expliquen tu enganche por el fandango, hacer un taller de música anglosajona y celta, acudir a alguien que reactive tus gustos musicales, disfrutas con mamarrachadas, con baratijas sonoras, centrifugado por los chillones colores de un vestido de volantes en un tablao, vuelve en ti, hay vida más allá del decadente folclore andaluz, de los moños con peineta, de Los Marismeños, de Los Romeros de La Puebla, de las casetas, del fino, del pescaíto, de los teatrales desplantes y coqueteos de los bailes en la feria, hazte un favor, tonto de la polla, ahí tienes a Leonard Cohen, Bob Dylan, Jim Morrison, Ian Curtis, eso distingue, mola, da lustre, pompa y boato intelectual, una cosa está reñida con la otra, narizón, si te queda un hilillo de sensibilidad, quítate lo bailado, palomino trianero, y endereza el rumbo, ya vale de rumba, de sarandongas de arroz con bacalao, no te das cuenta de que son antiguallas, oooléee, olé olé olé, al rocío yo quiero volver, no me jodas, en qué mundo vives, en qué realidad, en qué paraíso, estás zumbao bajo esa cobertura suprabiológica, pura visceralidad, una seguirilla simple de cuatro versos, y arden tus manos tocando palmas, ya huele a feriaaa, ya huele a feria, Sevilla en primavera, ya huele a feria, ya huele a feria, Sevilla en primavera, ya huele a feria, todo, todo en este intenso mundo de pensadores literarios con lustre, en el que te mueves, va en dirección contraria a esa arcaica tontería corralera, ea, despierta, ¿y tú te crees inteligente? bah, reconoce que lo que los andaluces necesitan es, otra revolución, otro Blas Infante que elimine tanta superficialidad y haga aflorar la auténtica cultura de lo bético, mírate, pareces un jacinto bujarrón, con esas botas camperas, la camisa de chorreras y el sombrero cordobés, la gracia, el salero, el donaire de señorito andaluz no lo puede tener un cazurro aragonés, si acaso, faja, calzón, cachirulo, puntica y talón, puntica y talón, y vas que te matas.



jueves, 23 de abril de 2009

Con-suelo en San Jorge

¡Psssss!, hay rumores de que toda esta mierda es transitable, que no va a ser tan doloroso. Lo digo en serio. No vayas a cometer alguna tontería. Te va a llevar un tiempo recuperarte pero no te preocupes, créeme. ¿Entiendes lo que te quiero decir?. Esto está sucediendo, sí, lo está, pero no será tan espantoso, y si no me crees, piérdete, cabrón, hijo de puta. Lo importante es que entiendas que se trata de una ordenación histórica absolutamente necesaria. Ten, toma un trago. Te lo digo yo, que pertenezco al mundo de los maestros inmutables, quedarás sorprendido si aguantas. Mira el viento, mira el musgo de las piedras del río, mira el olor nocturno de la corteza terrestre, mira tus chorros de sudor, que ya no te maldicen, ¿lo entiendes, pedazo de mamón?, mira que agradecida está tu desgarrada sombra, que descansadas tus desorbitadas ambiciones, ¡Santo Dios!, esto terminará muy pronto, ya lo verás, es un reality por el que tienes que pasar. Un millón de cámaras están grabando tu aportación al sistema. Jódete, pero hazlo divinamente, sin violencia, sin angustia,sin reposo, sin llanto, sin mala hostia, total, sólo eres un hombre, quizás un padre, o una madre, o un sapo, o una amapola, o un pedazo de sueño en el vacío, o un canto de O.T. que no pasa a la segunda fase, y por lo tanto, no saltas, no lloras, no te mesas los cabellos, no montas un drama, no haces gilipolleces. Ahora, abandónate, entrégate, olvídate, así. La amargura no tiene raíces, desgraciada escoria ilusionable. Fíjate la cantidad de palabras que estoy empleando para animarte, y no me lo agradeces, fíjate en este sol de primavera como luce su nuevo collar de mariposas, fíjate en la nueva línea argumental de la felicidad, hay que cambiar, ¡cambia de una puta vez!, hazte gitano, hazte guardia civil, hazte toro, nardo, eunuco de harén, maricón, lesbiana y, lee. Léete entero el Ulises de Joice, los tatuajes de Ami Winehouse, las obras completas de Saramago, el estatut de Cataluña, La biblia, El Quijote, Guerra y Paz, En Busca del Tiempo Perdido, cómetelos todos hasta que cagues letras, todas esas letras que ahora te secuestran el espíritu ,ovulan deudas, e inflaman tu región hemorroidal. Sabes, cielo, hay que mentirse porque todo esto es una mentira. Miéntete, enciende el mechero hasta que el fuego de esa llamita te queme el cansancio, y generes otro más apropiado a tu medida actual, has menguado y estás más turbio. Se fueron los días luminosos y, pirotécnicos y, el sexo oral de los cajeros automáticos ya no produce éxtasis al 2%. A lo mejor me equivoco, a lo mejor es un atasco interminable, y esta lluvia radioactiva de ruina y despidos se convierte en sinergia y acaba con los buenos modales. ¡Y una mierda pinchada en un palo!, de eso nada. Simplemente estamos un poco sonados y somos víctimas de la hipocondría Unamuniana o Kierkegaardiana. Se rompió la pompa y el hechizo de comprar por comprar, pero hay más farsas donde agarrarse. Esto no se ha acabado, eres un samurai mutante, recuérdalo. Apareces en el Rai, y pronto llamarás al Samur.

viernes, 17 de abril de 2009


Si ampliamos esta foto, que hice el pasado Jueves Santo, en la Plaza de Santa Engracia, podremos leer: todo lo que tu imagen puede desear. Nadie se dio cuenta pero el lenguaje fotográfico no es sánscrito. Más claro, agua.


Este es el deseo de la santa, y no le demos más vueltas ni más redobles de tambor; un cambio de look. Todos los devotos de esa heroína que se enfrentó a Daciano, debemos colaborar para que el próximo año tenga el aspecto de la modelo. Que sea con ella, con la que se contribuya al nuevo diseño de los pasos de tan sagrada semana. Estoy seguro de que La Macarena, la de Triana, la de La Soledad, o la de Guadalupe, están hartas de tanta puntilla, tanto bordado en oro, y tanto terciopelo.


Apuesto que en toda España ha ocurrido lo mismo. Santos y Santas, vírgenes, y cristos, están cansados de tener esa antiquísima imaginería. Los tiempos cambian, el aspecto físico, cambia, la poesía, cambia, cambia a postpoética y experienciada.

Hay que ser original; menos simbólico, más realista. La gente tiene otra mentalidad y, quiere otra sentimentalidad, otras maneras de expresar la pasión. Deja mucho que desear la contemplación de esas divinidades, sin que hayan pasado antes por las manos de LLongueras y, por las de John Galliano.

domingo, 12 de abril de 2009

Saturrarán









Hay un lugar, en el norte, besado por el cantábrico; un lugar cuyo nombre nace de una leyenda: Satur y Aran. Con esos apelativos se conoce a las rocas de un acantilado cuyas siluetas, algunos atardeceres, parecen tener apariencia humana.

A Satur y Aran, se los llevó el mar. Primero a él. Una galerna lo alejó poco a poco de los ojos de Aran, que se cubrieron de escamas de sal, silencio y miedo.

Desde entonces, ella vivió un tiempo acudiendo a esa playa a diario, con la esperanza de divisar las velas de la pequeña barca de su hombre, emerger del horizonte, o que del cruce de espumas saliera su cuerpo.

De ésta leyenda nunca se enteró, María, a pesar de haber estado tres años en aquella playa, recluida en un calvario de férrea reclusión, sometida a los horrores de la cárcel de Mujeres de Saturrarán. En aquél caserón, estaba, como otras trescientas presas, vigilada y manejada por monjas mercedarias.

Allí, parió a la hija de Fernando, un gallego republicanizado en Zaragoza. A él lo fusilaron junto a las tapias del cementerio de Torrero y, a ella, sin ni siquiera comunicarle que ya era viuda y, seguramente por estar preñada, la llevaron a cardar penurias bajo la tenebrosa dirección de sor María Uribesalgo; temerosa de Dios y, superioraalcaidesa de un Alkatráz, en los mismísimos ovarios vascos de la costa cantábrica. No constan más intentos de fuga física que los piojos que lograban adherirse a los coños de las monjas, y a la cavidad prepucial de los interrogadores de la guardia civíl.

Así, debería empezar mi primera novela. LLevo recopilando datos, mucho tiempo; juntar documentación para luego novelar. Estaría basada en hechos reales, tan reales como pueda ser la inmersión en unos años de la vida de mi suegra. Por eso tendría que depurar el baile de sentimientos, tomar distancia, tomar aire y, muchos litros de café.

Ella sobrevivió a las 120 muertes de reclusas, y su hija, a los 57 fallecimientos de niños y niñas que la tuberculosis, el tifus, la desnutrición, y la septicemia, que hicieron que se ampliara el cementerio de Mutriku.

María, nada entendía de política, su único compromiso era con la aguja de coser, su afiliación, el contorno de sus clientas, su arma, la tijera, sus víctimas, las telas, su delito, enamorarse de un buen mozo de Monforte de Lemos.

Él, sí. Él era militante de la C.N.T., decidido, o sumiso, listo, o tonto. El caso es que nadie pudo o quiso, dar testimonio de cómo fue su último soplo, ni en que punto se perdió su última mirada. Creo que a veces se le ha presentado a su hija, como descendiendo de una conjetura, oliendo a consuelo, detrás de alguna noche oscura y desmedida de horas, pero no le ha dicho nada, y es natural porque es dificil de entender el incomprensible idioma de los muertos.
Si hubiera podido, seguro que le hubiera dicho que el soplo y la mirada fueron para ella.

domingo, 5 de abril de 2009

La Humildad



Es ahora, que está muerto, cuando se le puede aplicar la frase de Paco de Lucía: "Camarón cada vez canta mejor", la misma sentencia es aplicable a Kafka, "cada vez escribe mejor", o a Jesucristo, "cada primavera muere mejor", o a la legendaria actriz porno Alex Jordan, "cada vez folla mejor", o a Gila, "cada día es mas gracioso", a Billy Wilder, a Picasso, etc, etc.

Se aprende de los viejos y si están muertos, mejor. Existe una dimensión en el otro barrio desde la que el ser que fue, transmite continuamente a los que aún estamos en el mundo de los vivos, y eso se produce cada vez que los invocamos. Se nos antojan más completos y heroicos, los vemos con vista nuova y nos ayudan a matar el tiempo.

Desde la fosa común de los mitos, su inmortalidad consuela y redime nuestra mediocridad.

Lázaro Carreter, cada día explica con más claridad cualquier texto de Lope de Vega,

La Muerte, finalmente, su auricida,
triunfó de la ambición, y en oro envuelto,
se fue secando, hasta su fin postrero.

Justo cuando me he despertado, esta brillante mañana de Domingo de Ramos, he pinchado el video de Camarón, he palpado mis carnes todavía en buen estado y, después de ducharme, soltar diferentes fluidos del cuerpo y cortarme las uñas de los pies, he salido a la terraza y mirando las plantas, me he sentido, menos intrigante, menos mordaz, menos irónico y, más tierno, más dulce, más silencioso, más capullo que ayer.

Y esta tarde a las 16. 30, saetas en la Salida del Cristo de la Humildad.

jueves, 2 de abril de 2009

At the end of the corridor



P
ara salir a un escenario, o sentarse en la mesa de un auditorio, grande o pequeño y, presentar o hablar de algo, es necesario, yo diría que imprescindible, ya que se supone que estás vivo, no aparecer con el lenguaje enmohecido, ya habrá tiempo para que los gusanos se te coman la lengua a besos.

Lo digo porque hoy he estado en la presentación de un libro, y dos de los autores, mientras hablaban del magnífico diseño del continente y asombroso contenido, se han visto atacados por el monstruo del screaming, pero no era un screaming metalero, no. Eran sonidos casi guturales que se podrían escribir así: eeeh, huuum, aaah. Son expulsiones de aire repetidas, directamente desde la garganta que sirven para ganar tiempo, agitar el cerebro, y pensar durante uno o dos segundos lo que se va a decir.

Pero hace feo, muy feo. El tipo puede ser encantador, gran poeta, o magnifico novelista, pero al librar repetidamente esos tics con sordina, queda como el culo. Y no digamos si encima adopta una apostura bruñida de falsa sencillez, y digna naturalidad.

Yo, que había cogido el libro dispuesto a comprarlo, más que nada porque uno de los relatos es de un vampiro, dado a la Magia, a la Resurrección y, al Calor, y otro, de una autora, que ha puesto en venta, la mansión de Manderley, he sentido de repente un malestar extraño que me ha hecho remover en el asiento como un perro inquieto, he experimentado una sensación espesa, inicua, reliquiosa, (que no religiosa)en la piel.

De repente, esos, eeeh, huuum y, aaah, se me ha antojado que me producían una horrible infección en los oídos, en los ojos, en la boca, y que se me desprendían trozos de carne descompuesta de la cara, y toda mi hermosa cabeza quedaba en la osamenta.

Me tengo que ir, huir de aquí, antes de que sea demasiado tarde, soltar éste libro terrorífico, por lo menos que me de tiempo de ir a que me den los últimos sacramentos. ¡Piedad!. He exclamado para mis adentros. Sentía la boca muy seca, pero, ¿qué boca?, si ya no tenía boca.

He salido zumbando, con el miedo en los talones, dispuesto a renunciar al placer de leer los dos relatos de los escritores arriba sugeridos y, a pedir perdón por todos mis pecados.

Nada más salir, he dejado el libro en la mesita de promociones y, ¡oh, milagro!, he notado como los jirones faciales volvían a su sitio, sanos y salvos.



Epílogo expiatorio.

Veinticuatro horas después de los hechos relatados y, después de haber estado de rodillas dos horas frente a la capilla de San ¡Oh my god!, en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, siendo profundamente exorcizado por el capellán de guardia, (al que quiero agradecer que en un viernes de dolores haya accedido a hacerme un raspado de alma) he de decir, ya totalmente rehabilitado:

que he comprado el libro, AL FINAL DEL PASILLO,
que ya he leído varios relatos sin dejarme distraer por ningún tipo de ruido y, que fuera ya de toda coña, dichos relatos son estupendos ,
que tratan el tema del terror de manera pluriforme, calidoscópica e interesante,
que a pesar de constituir una amalgama de distintos temperamentos literarios, y por lo tanto, emplear distintas técnicas para abordar la narrativa del miedo, el libro, ya desde su portada es una gran aportación y, supone una nueva estancia, un hall espléndido al final del pasillo literario aragonés,
que merezco la hoguera por escribir la semificción, At the end of the corridor, (justamente ninguneada por, O)
que me siento una bestia negra por no haberme deshecho en los merecidos elogios que merece el impulsor de la obra,
que considerando la enorme influencia que tienen los comentarios de libros que hago en mi blog, entre los miles y miles de lectores, At the end of the corridor, ha podido retraer la compra de unos cuantos cientos de ejemplares.

Es por ello, que aceptaré cualquier tipo de demanda o reclamación por daños y perjuicios, acatando la penitencia del capellán de nuestro querido templo Mariano; "hijo mío, ahora tienes que expiar".

Ex-piado queda.

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paquétecuento from 11 mar 2008


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