martes, 8 de abril de 2008

Nada

Últimamente, mis nadas se alían contra mi

y se organizan para desfilar por el centro

de mis ojos, mostrando con orgullo sus vacíos.

Nada,

no consigo recibir ninguna radiación

electro magnética original.

Me escucho y me leo sin ningún tipo de mala leche

y hasta procuro poner cierto candor

en el balancín de mis atenciones.

Uso un microscopio lento y evangélico

que perteneció a kierkegaard,

según me dijo el gitano del rastro de La Plaza de Toros.

-¡Me maten si no, payo, que fue del kigar, ese!

para intentar joder a Octavio Paz y echar por tierra

su parida : "la poesía no es un desperdicio del intelecto"

pero..., ¡silencio!, parece que veo algo.

Esa diminuta mancha...

¿será una partícula de éxtasis amoroso?,

¿una gota de amargura?,

¿un filo para cortar el tiempo?,

¿el tamaño de mi talento?,

What will be?,

Nada, sólo una procesión de nadas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Grande. No hay poeta que no deje de dedicarle algo a la nada. Yo también lo tengo hecho como el Pepe Hierro.
Quitémosle hierro a la cosa y dejémoslo en Pepe a secas, valdío como una campo, un campo sin nada. Por eso siempre me quedo con aquel dicho: "Quien tiene un campo y no planta cebolletas, es como el que tiene novia y no le toca las tetas". Aquí lo dejo que se me está yendo la olla ¿Adónde?... vaya usted a saber. Eso sí, antes irse a la mierda que a ninguna parte, que es como el que se va a la nada. Ahora así, se acabó.

Gracias, Pepe.(No me respondas, dejémoslo en gracias y punto)

Anónimo dijo...

Muy bonito, payo.

Y como dice mi abuelo: "Quien nada, no se ahoga".

Anónimo dijo...

Todos los dias convivimos con la nada, en todas partes hay nadas.
Pero.... tu eres tu y eres insustituible

entrenomadas dijo...

Excelente poema.
Marta Navarro

Anónimo dijo...

Te has vuelto mas escritor, mas poeta, desde que el todo dejó sitio a la nada, o tal vez fue la nada la que dejó sitio al todo, no hay mejor lugar y tiempo como estar en la nada para escribir el todo, si es que realmente es cierto.
S. Manrique.

Anónimo dijo...

...anda que si llego a estar esperándote, se me enfría la cena.


Me ha latido el pecho de emoción al llegar a tuy casa. (ya se que lo has notado, ya)

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