Querido Fernando:
Vaya por delante cuarto y mitad de sinceridad para decirte que a mi, la poesía romántica, (que la he practicado, y mucho) ya no me embriaga. Es una más de mis miserias. Me cansé de entrecruzar mentiras para sublimar el amor o la pasión que como todo el mundo sabe, son cosas diferentes, por lo tanto, cuando asisto a un recital de enajenaciones en el que la licorería amorosa sale a borbotones, suelo estar como estaría un minusválido de fe en misa. Me pongo una escafandra para que mi espíritu no se asfixie con el anhídrido carbónico del horror vacui a eso de lo que Pedro Salinas dijo: "Amor, amor, catástrofe, qué hundimiento del mundo".
Pero tengo que reconocer, mi querido amigo, que anoche, estuviste realmente brillante. Tu reivindicación de internet como el instrumento más prometedor para la difusión y disfrute de la poesía, la hiciste con la misma rotundidad con la que desplegabas tus versos. De hecho, tú y yo, nos conocemos, nos leemos y nos hemos hecho amigos, gracias a este medio. También es de agradecer la naturalidad en tus lecturas porque hay quien emplea tonos melosos e infinitas pausas para resultar más seductor. A ti te basta mostrarte tal cual y eso transmite frescura y credibilidad.
De que eres un buen poeta, no hay ninguna duda, aunque tu físico de hombrón de cuatro armarios diste mucho del típico ejemplar, con pinta de tísico antiguo o bohemio posmoderno, al que le crece en la chepa, una vegetación de metáforas de argot barroco o urbano y descreído.
Recitas con las venas a punto de estallar, viviendo el instante , mientras tus fuertes manos, se van por las ramas de una caricia, de un beso, de un coito, o de un deseo. Y un poema de amor es eso: deseo.
Pero no sólo hubo poemas de amor, sabes adentrarte en la nostalgia encerrada en unos objetos que recuerdan una fracción de tiempo, un instante decisivo que te fue arrebatado y al que te puedes aferrar, gracias a tu habilidad para tensar la emoción. Sinceramente me gusta más como abordas el reflejo del pasado, despojado de melodrama, con un estilo nada retórico que no amaga, sino que impacta y traspasa.
¡Ah!, y la banda sonora y los teloneros, fantásticos.
Un poema de Fernando Sarria:
Mi padre fumaba poco
y lo hacía en una pipa pequeña
y sencilla,que desgastada llegó a mi.
Es, junto con las fotografías,
la carta de amor que le escribió a mi madre
y su esquela, lo único que de él
he tenido entre mis manos.
Con aquella pipa empecé a fumar.
Era una extraña emoción sentir
cómo el humo llegaba hasta mi boca,
mientras la sostenía en mi mano
igual que tantas veces lo hizo él.
Fue lo único,que salvado el tiempo,
pudimos hacer juntos.
Palabra de Martin Scorsese
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«La mayoría de mis películas favoritas que hoy son consideradas clásicos no
fueron éxitos en su época. Puedes señalar cientos de películas clásicas, ya
sea...
Hace 3 horas
8 comentarios:
Anda Pepe que anoche tenías mejor carita. Me alegré mucho de volver a veros a todos y de conocer a Paco peco, que conste.
Besos.
te estás volviendo un clásico...o sea un tierno amigo...esta hermosa carta lo atestigua...un abrazo..fuerte.
Un convincente poemazo, el de la pipa del padre de Fernando.
Felicidades.
Naure.
Nom de nom ! sacré nom de nom, le nom d'une pipe!
Mais voyons c'est quoi ça? une sinécure ? méfie toi des amis... ils déconnent de temps en temps;
mais je suis hureux de vous lire et jaloux de n'avoir pas été avec vous samedi.
Un grand Bonjour à tous!
Mariano Ibeas
Nota: Para la traducción más sana, acudid a Ana Manzana
Pepe echa un ojo a este blog. ¿Eres tú el la foto?
http://tannhauser.blogia.com/
saluditos, que diría el Flanders
No, child, yo no soy esa, ¡te lo juro!. El miércoles lo comprobarás.
Este blog parece la torre de Babel:
ingles , frances, fabla.
Con lo que me gusta y lo dificil que me lo estais poniendo.
Fue una noche estupenda.
Y los músicos buenos, pero claro, uno de ellos es mi hermano y el otro un amigo. Ejem,ejem...
Un abrazo,
Marta
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