De la Plaza San Francisco a la Plaza de España, leo 27 páginas, entre parada y parada, entre semáforo y semáforo, entre reojo y reojo con cara de mala hostia hacia quienes hablan por el móvil, por bulerías, sin cortarse un pelo, sin bajar el volumen del desparpajo.
Aquellos a quienes les gusta la poesía, que vayan, que vayan corriendo a la librería
Antígona, a por uno de los 101 ejemplares de
Solo para la noche.
Ana
Muñoz, dice en la
pág 47, "quiero escribirte un poema lleno de ventajas" y para ello no duda en
extralimitarse ofreciendo intimidades sorprendentes.
El poeta escribe, y el lector lee y, si el poema es bueno, los dos experimentan el mismo escalofrío, la misma conmoción.
Ana, sabe que para acercarse a la verdad, tiene que hurgar en sus llagas, reales o imaginadas. No hay otra forma de que suba a la superficie el misterio.
Ana, sabe que todo depende de un hilo. Un hilo que te viste, pero que si alguien tira de él, te quedas desnudo, sólo, en el centro de
ti mismo, sólo, con la angustia y el deseo.
El primer poema nos presenta a una suicida de 18 años que quiere escapar, capar una tormentosa adolescencia para volver al
claustro materno.
En el segundo, nos invita a cantar con ella una canción azul, entre un rumor de olas de septiembre. En otros, cuenta los besos que no le dan, las palabras que no se dejan encontrar, las puertas cerradas que hay detrás de cada puerta. Habla de escobas hechas con pelos de coño, de latidos de caracola, de no dormir
sola y hacer el amor en cadena perpetua, de que los dolores grises son masculinos, y los femeninos, marengo, del llanto de escupitajos y piedras que configura el silencio, de palabras capaces de
penetrarla y para las que se abre de piernas, de un extraño viento interior que le levanta las faldas.
La autora se sale, en su descenso hacia el yo y, esa exploración introspectiva troquela versos
sutiles, sin quebraduras bruscas. Es un pregón al que ha limado cuidadosamente la
rebaba de cantinelas urbano- cósmicas, urbano-bíblicas o urbano-jautas.
De La Plaza de España a
Cuellar, caen las otras 27 páginas. Es fantástico el encantamiento que produce la lectura. Impide que se escape la atención hacia cualquier
voceras de móvil de los que hablan a todo gas.
A todo gas, recomiendo ir a
Antígona a por
Sólo para la noche, edición limitada.
Verán como le es posible a una autora de veinte años, alcanzar la revelación y expresar con
increíble intensidad, la sequedad de alma, y un mar de hastíos.
¿Imaginación, talento,
técnica, intuición, destreza?, ¿o transcripción de amargas experiencias?.
Cuesta situar a alguien que siempre esgrime alegre sonrisa, mirada radiante y dulzura adolescente, componiendo una arquitectura poética tan angustiosa.
"Será eso,
la angustia del diccionario,
saber que lo tengo todo sobre mis manos,
todas las miradas,
las melodías,
los sabores,
las caricias, todas las palabras.
El verbo exacto para cada oración
o para cada -estar sentada viendo la vida pasar.-
Será eso,
la angustia del diccionario,
saber que lo tengo todo sobre mis manos
y mis rodillas.
Todo,
todas las palabras,
y no se dejan encontrar."
11 comentarios:
Bien Pepe.
Esta entrada me ayuda mucho.
Cuando abrí el libro la primera vez, no fue en el bus porque fue mi señora quien hizo el viaje hasta Antígona mientras yo trabajaba a NoN StoP, te decía, abrí el libro a las dos de la madrugada. Me encontré con "Orfidal" un poema que ya conocía, incluso hice de el un pequeño montaje que puedes ver en el enlace que te dejo más abajo, pues eso, esa familiaridad me dejo frío, helado, aparte las hojas de mi vista y ahí lo tengo, sobre el escritorio, ni siquera me espera, sólo ahí se encuentra. Tendré que tirar del hilo
Salu2 Córneos
_________________
http://lacurvaturadelacornea.blogspot.com/2008/08/ana-muoz.html
Enhorabuena Ana por tu libro, por tu salida al mundo esrito tocado.
El curro me impidió el acercarme, espero no haberme quedado sin ninguno.
Muchos besazos.
S. Manrique.
Te falta una manga pastelera para adornarla de nata o chocolate.
No me jodas Pepe que no es para tanto, si acaso, para tontos.
Ber.
Esa firma de Ber, qué significa, ¿Berzotas?, ¿bergante?, ¿berrendo?, ¿berrido?, ¿berberecho?.
Ezto ez increible
Brillante presentación. Efectivamente dan ganas de tener el libro, a precipitarse sobre él. Yo estoy en Alicante pero llamaré a esa librería. Tengo curiosidad por ver cómo queda una escoba hecha con pelos púbicos.
Raquel.
Como soy parte, no ponderaré tu comentario, Pepe, aunque me alegra (y agradezco la fina penetración de tu lectura)que hayas sido de los primeros en poner a Flandes en la pica con esa sinceridad que comparto y que comparten muchos.
Hay otros a los que les da lo mismo qué se publique; todo es malo si no es suyo o ilumina la oscuridad en la que viven.
Abrazo.
Pues sí. Ana, poeta creciente, deberá cuidarse de la envidia que no tolera el triunfo. Es joven, guapa e inteligente y eso no se perdona por estos pagos.
Pepe,tu comentario es magnífico. Y al que no le guste, que se meta en las cavernas...Un abrazo.
Ahí le has dao Pepe!. Yo no he podido pasarme a por el libro de poemas de Ana todavía, pero espero conseguir mi ejemplar. Aún no he posado mis ojos por sus poemas y ya sé que me van a gustar. Por cierto, a veces, parezco bruja, pero de las buenas...ehhh, y sin bola de cristal, jejeje. Ana tiene talento, simpatía y belleza y coincido con Mayusta en toíto tó.
Por cierto, ya le he dado a Ana mi enhorabuena particular en mi blog. Ya sabía yo... en fin, paciencia que dice mi madre.
Besos.
Una cosa Pepe ¿sabes cómo poner el relog del blog en hora? es que el mío lleva unas tres hora de adelanto, vaya, ahora que lo pienso parece surrealista ¿cómo puedo poner èste mensaje si aún no he escrito la entrada en mi blog?
Ya lo pensaré mañana... que dijo aquella de lo que el viento se llevó....
Pepe: gracias por tu aviso y tu rápidez en ayudarme y cuando sepa cómo dar rienda suelta a los anónimos te costará menos entrar. Hasta entonces paciencia y a joerse, jejeje.
Besos
Publicar un comentario