Todo el mundo merece sentir lo malo de la vida, al menos una vez al día. Los poemas de Paco nos enseñan a apretar los dientes.
Podríamos ir a cenar algo tierno,
conozco una clínica abortiva.
Inventar un anagrama,
sembrar el terror por las calles.
Dar sermones a los bancos vacíos.
Afuera, llueven colillas encendidas,
colillas mal apagadas que lanza algún dios borracho.
Tu y yo vivímos en un cenicero,
edificamos vidas sobre posavasos húmedos.
Desde aquí:solo vemos el culo
de un desproporcionado gin-tonic.
Una mano que agita nuestras vidas.
11 comentarios:
Genial
posya no se puede decir mucho mas... vivimos en un cenicero y algunos somos colillas mal apagadas, escupiendo un hilito axfisiado de humo hasta el próximo gintonic.
¡hast el próximo gintonig,maestro!
Querido Paco,te contesto con una canción de Sabina que viene muy a cuento:
Perdido
como un quinto en día de permiso,
como un santo sin paraíso,
así estoy yo...
Besos, malditísimo.
Procuro mantenerme encendido lo justo, la justa ascua para seguir quemando, que cuando después de un trago venga a pegarme la última calada, pueda yo a mi vez quemarle los belfos...
Tonig amarga, con gin para suavizarla , apurar las colillas con su triste final, crematorio.
Paco, esperamos otra y muchas mas.
Qué bueno, Paco, sabes meter el dedo en la llaga. Pepe tiene razón aún tengo apretados los dientes.
Besos
Soy fan de Paco Peco abiertamente declarada.
He dicho.
Besos
Gracias por vuestros comentarios.
De verdad, gracias.
Paco Peco
Me ha encantado lo que has escrito de ti (Yo soy aquél); más que eso, diría yo, me ha gustado la forma en que lo has escrito.
Comparto la ironía por la vida.
Un abrazo desde Huesca.
Tengo que decirte otra vez, que pones los pelos de punta cuando te leo, y eso es bueno paco.
Besos, no me canso de releerte.
adelante.
S. Manrique.
jejejeje genial!
si señor!!!
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