domingo, 31 de agosto de 2008

La importancia de llamarse John

A mi, me pusieron por nombre, José, y andando el tiempo, amigos y desconocidos me asignaron el de Pepe.

No es que ahora reniegue de ninguno de los dos, mi familia y la gente que me quiere, emplea el primero, y los amigos de uso externo, el segundo, pero hoy, no sé, me ha dado por reconsiderar mis apelativos. Me gustaría llamarme John, y no lo digo por John Galliano, (diseño) ni por John Boyne, (El niño del pijama a rayas) ni por John Crisham (250 millones de novelas de suspense legal, vendidas) ni por todos los Johnes que en mundo han sido.

La jota de José, se pronuncia como si se estuviera gestando un lapo al fondo de la lengua, y la pe de Pepe, como si ese gargajo, hecho ya proyectil lo lanzaran contra el suelo, contra alguien, o contra mí, naturalmente . En cambio, John, es un sonido suave y profundo, que sale arqueando la punta de la lengua hacia abajo, como deslizándose por un trampolín de salto de Sky; ¡John!.

Y no digamos nada de su diminutivo, Johnny. Un, ¡hey, Johnny , I love you! , comparado con un, ¡te quiero, Pepe! , no da igual. Ni siquiera, Joe, que es la traducción de José. Tuve una girlfriend norteamericana que me decía, ¡hey!, Joe, let´s do it, pero cuando aprendió a decir, Pepe, me lo decía como si explotara el globo de un chicle en sus labios. Me dejó para compartir sus momentos de pasión con un gitano que le decían, "el yony de las delicias", (Las delicias, es un barrio de Zeta) que cantaba por rumbas Johnny Guitar con el estilo del príncipe gitano.


Si me hubiera llamado Johnny, mi vida, habría sido otra cosa, en vez de un modisto provinciano y mediocre, o un escritorzuelo de chichinabo, la gente se hubiera depilado la saliva al nombrarme, como a Johnny Depp, o Johnny Cash, no sería un mono empeñado en escribir poemas, y en lugar de hacer modelitos para las ricachonas de La Almunia, Arnedo o Pinseque, los haría para mujeres famosas, atemporales y sofisticadas, como Rania de Jordania, Letizia de España, Nicole Kidman de Australia, Belén Estéban de Vallecas o Paulina Rubio de Mexico.

No quiero aumentar mi llaga psicológica, no quiero evitar que sigáis nombrándome con tañido de cencerro, no quiero dejar de volverme cuando oiga éste nombre mío que suena a sándalo corrompido, a calcio extinto, a mancha de óxido, a mafrundo de urinario, (mafrundo: voz argentina, dícese del cálculo de riñón, expulsado por la orina, que me acabo de inventar) a gemido de cerdo, a quejas de La Expo, a quejio´de El Cabrero, o a quejido de cabrón, pero no podré evitar seguir macerando sueños de lo maravilloso que hubiera sido, llamarme John, Johnny, for my friends.

lunes, 25 de agosto de 2008

Tres tristes tigres


Le achaco a Arturo Pérez Reverte tres horas de sufrimiento

Ostia, que coñazo.

Sordos salimos. Pa´qué ese exceso de decibelios.


Tanta ranchera, tanto corrido, tanta lentejuela.

Imposible, sin diez tequilas, imposible.

Gruesa horterada.

Repito, no me gustaron. Tres tristes tigres y un mono con tambor.

Eh!, ¡oye!, necesito otro trago.

Si lo sé no voy.


Di que tienes el gusto en el culo, Arturo.

Expiación, extenuación, excelente parecido con Camela.

Las letras, (alguna, pocas) lo mejor, pero...


No se entendían.

Oh!, qué descanso, (cuando terminaron)

Ruina de rato.

Tocan de pena.

E´dicho.

jueves, 21 de agosto de 2008

overbooking

A la misma hora, en el mismo minuto, en el mismo sitio, decenas de personas mueren.

En un sólo accidente, de una tacada, al mismo tiempo.

Creo que fue Confucio quien dijo: "aprende a vivir y sabrás morir bien."

Se termina la sedosa pista de despegue y la vida se larga sin demasiadas contemplaciones, dejando cadáveres bastante estropeados junto a cardos calcinados y gorriones desorientados. Por mucho que hayas aprendido a vivir. Todas esas personas adquieren en un segundo el monopolio de palmarla, juntas, como si la muerte se aburriera de hacer ganchillo y decidiera usar la tejedora industrial para cambiar de hábito franciscano.

¡Cris,cras,cris,cras,cris,cras!, y en menos de lo que tarda el pasaje en desorbitar los ojos, nuevo modelito agosteño con ciento cincuenta tramas y una urdimbre. Ahí fuera, las televisiones, funerarias y cementerios rozarán el pleno y, la mística parroquial el overbooking de almas, liberadas ya de materia pecadora.



Hay que estar siempre disponible para ocupar un lugar en el depósito de cadáveres, somos putas esperando entrar, al capricho de la gran palanganera de la guadaña.

martes, 19 de agosto de 2008

Tic- tac.







Un fragmento de Arthur Rimbaud, dice:

"Reconstruyo los cuerpos y ardo en fiebres hermosas.
Ellas me encuentran raro y van cuchicheando...
-Mis deseos brutales se enganchan a sus labios..."

Paco Peco, suele arder en fiebres hermosas y se enzarza en una encarnizada lucha con la poesía, sin miedo al delirium. Ésta lo usa a veces como nombre de usuario para manifestarse, como hoy lo hace, con un luminoso poema. Ceniza auténtica de su horno crematorio.

Me dice:

-A ver, qué te parece.

A ver, qué os parece.





Las paredes son las mismas de ayer
tic-tac...... tic-tac..........
es de noche y todos duermen.
La noria, tic-tac....... tarjetas de fichar.
Llego tarde a mi nacimiento.
Empuja mi vida, empuja
dormiremos mas tarde.
Las paredes, tic-tac
empuja, tic........ dilata, tac.
Haz que se calle.
Las mujeres bonitas no son para toda la vida,
John Donne tic...
Rimbaud:
El infierno no duerme,
tiene tres turnos y relojes
gps por si te pierdes
como yo esta noche.
Medicamentos tic, que quitan la ansiedad tac.
Arthur:
Ya no se trafica con esclavos.
Ya no quedan hombres libres.

lunes, 11 de agosto de 2008

Leave me alone

En el bar de la esquina, ésta mañana, a las nueve, yo, café con leche, y pa`mojar, David Gistau y su crónica torera del Tomás y Morante, por fandangos. Al fondo de la barra, un tipo que pincha discos en un montón de sitios, metiéndose un puyazo de whisky con cocacola, "en lo alto del cerro de palomares", allí donde los hígados barruntan cirrosis y los ojos descoyuntados piden inútilmente el sueño, y una cuenca dice que nones y la otra, que pares.

Era temprano en Zeta, y el sol aún estaba relajado, con un antifaz de nubes oscureciendo sus párpados, como cansado ya de batir su propia marca olímpica sin una puta medalla.

He vuelto a la una, y ponme un vermú y un bacalao y, ¿ no se ha canteao´el pinchadiscos de aquí en toda mañana?, y, ya ves, ni pa´mear, la barra es la única cosa en el mundo que le tiene cariño.


Yo, que he tenido noches de cinco o seis cubatas y un ciego, que a veces me he sentido más hundido que el Titánic, nunca he estado cuatro horas hipnotizado por una hilera de marcas de ginebra mirándome de frente. Luego, a las cuatro y media, mi café con hielo y a las ocho mi caña, y él, seguirá allí, cubata tras cubata, exprimiendo golondrinos en las Azores del sobaco, con cara de perro y desoyendo los alaridos silenciosos del hígado hasta la madrugada, hasta que pinche los primeros surcos y vuelva a ser el deejay aplaudido, pasto de jovencitas hambrientas y engolfadas que me consta que es. Tengo que reconocer que a ese tipo le sienta bien el alabastro del sudor, la aparente indiferencia que muestra consigo mismo, y el hedor de la licra de su camiseta, que no es traidora porque avisa con un rótulo estampado en la espalda que dice:


Leave me alone”

lunes, 4 de agosto de 2008

Dulce Ponte y Estrella Morente

Acabo de dejar en el blog de Mariano Ibeas, una palabrota: "joder". Sí, si, ¡joder!, así, como suena, aunque yo no suela... ¿por qué?, porque se me ha adelantado pegando una crónica del concierto de Estrella Morente y Dulce Pontes, lo que significa que a ésta, a la mía, le va a restar valor, frescura y espontaneidad. Por otra parte, podría copiar y pegar algún youtube de ellas pero eso lo sabe hacer todo el mundo y ya no tiene puta gracia.

- Bueno, dejate de historias. ¿La vas a escribir o no?.

- Bien, vale, pero no va haber carga laudatoria, pues a las diez mil personas, que nos salpicábamos unas a otras, sudor y mala leche, no nos hizo ninguna gracia soportar tres cuartos de hora a unos artistas cibergrafiteros portugueses.

Mientras uno dibujaba en un portátil, garabato tras garabato con el powerpoint e iba llenando las enormes pantallas de cólicos biliares fosforitos, el otro, manejando otro artilugio, creaba sonidos a ritmo de los trazos, pensados para hacer bailar los dientes, hasta salirse de los diez mil maxilares. Fue algo atroz; artistas de pega que fueron maldecidos y abucheados con coraje desdentado. ¡Hay, si hubiéramos tenido tomates o huevos!.

¡Al fin!.

Miro la penumbra de entre bastidores y diviso lo que parecía una bata de cola, pero no, era un vestido de aguadora, goyesco ; una monada. Qué guapa, qué guapa, qué guapa, qué porte, qué gustazo para Javier Conde, el torero, su marío´. Dulce Pontes y ella, cantando, arrodilladas mientras chapotean en el agua que llena un cuenco de calabaza. Dulce, lo es, por nombre, por delicia de naturalidad y por sus fados a boca jarro, atinando en ese lugar del pecho en donde va y viene la tristeza. La verdad es que forman una buena pareja artística, pero a mi, Estrella Morente no me emociona, a pesar de la extraordinaria voz, del arte con los brazos, y de sus fascinadoras curvas,
no me la creo, no me llegan sus "cuatro muleros" pseudo operísticos a toda orquesta como lo hacen los tangos y granaínas de su padre Enrique Morente.

Los fados de Dulce Pontes, son lánguidos, corrosivos, distinguidos, y emocionantes, capaces de limpiar el óxido del alma o licuar el estuco coagulado de alguna herida de amor. En cambio, el flamenco fashion, desgitanizado de la Morente, acaricia de soslayo y diría que no es chicha ni limoná. A pesar de ello, tendrán muchísimo éxito. Son dos bellezas, diferentes, pero bellezas. Ahora se me ocurre una cosa, ¿quién puso más en la balanza, Bebo Valdés o El Cigala?: mezcla de dos autenticidades, el trasluz del son cubano y la opacidad del quejío flamenco.
En éste otro dúo, ¿ Quién, cual, qué, lo cualo, pesará más?.

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paquétecuento from 11 mar 2008


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