miércoles, 26 de noviembre de 2008

Yo podría hacer de este blog un lugar hiperfrecuentado, megafamoso, supercomentado, me sobra talento para meterme en el bolsillo a todos esos seres que van de blog en blog buscando esencias y sabores contemporáneos; caldillo de entraña de escritores espontáneos, de mártires periféricos que invadimos la red con repertorios eclécticos, sujetos por incomprensibles razones a llenar de mierda leíble el cristal de las computadoras , que deambulamos por ésta Mandrágora de mandrágoras que son los blog, escribiendo chorradas. Eso, por debajolagarra, sin sudar demasiado, como si tal cosa, ¡lo juro!.

Yo podría reinventarme a mí mismo, queridos visitantes y lograr ingente cantidad de comentarios cortos, laudatorios, como: "eres el puto amo", "eres pura sensibilidad", "beso tus pies", "no puedo contener el éxtasis", me quito el sombrero", "qué elegancia, que belleza, que perfección, qué maestría". Beberme el corazón y el pubis de todas las blogueras, que se masturbaran a mi salud, que alcanzaran todos sus orgasmos pensando en mi, o que se suicidaran por no poder besar mi frenillo inferior. Que tuvieran ataques epilépticos, ¡que se cagaran de gusto mientras yo alzaba la hostia consagrada de mis post. Eso está chupao, ¡vamos, sin inmutarme!, lo que yo te diga, sin moverme una miaja.

Yo podría quemar la blogsfera o blogosfera, y observar como Nerón, el incendio global, desde los pinares de Puerto Venecia, y a falta de cítara, o lira, tocar en mi bandurria los sitios de Zaragoza, mientras se multiplicaban los relámpagos de las explosiones de todos los portátiles comprados en Media Mark, -que "yo no soy tonto"-. La madre que me parió, que bueno podría ser si quisiera. En serio, detrás de toda ésta insulsa cháchara, en el revés de todo éste artificio sin pies ni cabeza, hay un talud de talento que pugna por avanzar, pero que se detiene en seco antes de meterse en camisa de once varas.

Yo podría crear turbulencias en el lugar exacto de todos vosotros, ataros ferreamente al veneno de mi fantasía, haceros viajar en el camuflaje de mis plumas, volveros locos, asfixiaros en los Andes de mi razón. Eso, dormido, con un mano -aunque no soy vasco-, con la minga, sin despeinarme, sin mover una ceja, lo que yo os diga.

sábado, 22 de noviembre de 2008





Siempre he tenido facilidad para tocar instrumentos musicales. Cuando tenía seis años, mi madre me compró una bandurria y aprendí a tocar de oído La Vaca Lechera, después, Los Sitios de Zaragoza. Esto me proporcionó cierta soltura con las jotas, y la música popular italiana; Torna Sorrento, OH,Sole mio, etc.

Años más tarde me compré una guitarra y practiqué música de Gardel, un popurrí de tangos sin ninguna regla de solfeo, cada nota que aprendía por mí mismo era un descorche de felicidad, la impagable sensación del descubrimiento casual, mis dedos atinaban a la primera cuando buscaba el traste de la guitarra. Después, con el teclado, la locura; Blues, Jazz, boleros. Pero sobre todo, canciones italianas.


Jimmi Fontana me proporcinó con su balada, Il Mondo, material suficiente para dar la tabarra a todo aquél que no tuviera dioptrías en el oído y, Nicola Di Bari, con - Chitarra suona più piano, excusa suficiente para quedarme sólo, huían conmovidos por mi virtuosísmo melódico y yo degustaba aquellos mómentos desérticos de gente, pensando que la música y yo, estábamos hechos el uno para el otro.

viernes, 21 de noviembre de 2008






Se ha presentado en el Fnac un libro de relatos con una temática original y atractiva. Se titula VIVO O MUERTO Cuentos de Spaghetti-Western, de Tropo Editores.

He ido a las cuatro a por él, y a las siete y media a la presentación. Empiezo por el relato de Manuel Vilas,- sólo llevo dos hojas-. Después seguiré con el de Patricia Esteban porque les he preguntado si salen coristas de Saloon y, han dicho que Patricia sí que saca coristas. Los otros autores que trasplantan relatos al libro son, Francisco Casavella, Felipe Benitez Reyes, Norberto Luis Romero, Oscar Sipán, Hilario J. Ramirez, Mstio de los Santos, José María Latorre, y Carlos Castán

Vilas, parece ser que sitúa a Sergio Leone en el purgatorio y allí, alternando con Akira Kurosawa, con Igmar bergman, John Ford, Hitchcock, Buñuel, Antonioni, y Picasso, ¡perdón!, -veo que también habla de Charles Bronson- cascan de cine, -quiero decir que tratan de, no que se expresen maravillosamente.

No sé que dice porque ahora no tengo tiempo de seguir, pero el Bronson, Mola. Me sabe a Jack Palance, en basto, a Burt Lancaster, en feo, a Ernest Borgnine, en guapo, y a Anthony Quinn en impasible.
Doberka, me ha dicho que tiene un blog. A ver si me da la dirección. Mientras, busco algo de Morricone para entrar en situación.

miércoles, 19 de noviembre de 2008





Hace un rato, aquí, en Cuellar, un autobús, concretamente el 33, se ha saltado el semáforo en rojo, del paso de peatones, en el que yo aguardaba con mi perro Genaro para entrar en el parque Pignatelli. A toda leche, a toda hostia, a todo gas. No ha pasado nada porque nadie se ha precipitado a cruzarlo. El cierzo ha diluido media docena de frases soltadas al unísono, gemelas, idénticas, clonadas. Frases reactualizadamente dignas, pero de corta travesía que el viento ha despojado de su contundencia sonora: "hijoputa", ha dicho una señora con cierta timidez através de su bufanda, que ya había adelantado un pie, "hijoputa, hijoputa", ha repetido un muchacho de unos catorce años tirando de la correa de su chucho, "hijoputa", se ha adivinado en algunos labios de los que esperaban al otro lado, "hijoputa", he mascullado yo.
Bien, pues Paco Peco, me dejó hace unos días en mi correo éste poema que trata de la cabronada que supone perder a alguien porque un hijoputa ha troceado su estampa hasta convertirlo en sombra.




Ocurre con frecuencia
que las sombras
son atropelladas
por autobuses urbanos.
Destrozadas:
Escuchan el susurro incesante
del tiempo, el rumor de lo acontecido,
el último gemido de la madrugada.
Descansan en el recuerdo de la forma,
en la pared desconchada de la memoria.
Merodean, cargadas de imágenes
se hacinan en las ventana
viendo el espectáculo de nuestra vida,
que hiede a plástico y a colonia barata
de entidad bancaria.
Por la mañana vuelven a tumbarse allí.................
donde sucedió todo, allí en el reino
de los zapatos huérfanos,
en las calles cortadas, - de momento- allí en el tumulto de mediocres con bolsas en las manos, bolsas que contienen zapatos esperando que alguien, algún día sea capaz de frenar a tiempo.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Raymond Chandler, en una carta dirigida a Bernice Baumgarten, agente literario de novela negra, le decía:

"Hace tiempo que me he persuadido de que lo que hace aburridas a las novelas policíacas, al menos en un plano literario, es que los personajes se extravían cuando ha transcurrido un tercio. A menudo, la apertura, la puesta en escena, el establecimiento del trasfondo, es muy bueno. Pero después la trama se espesa, y los personajes se vuelven meros nombres. Bueno, ¿qué puede hacerse para evitarlo?. Se puede escribir acción constante, y eso está muy bien si uno lo disfruta. Pero lamentablemente uno madura, uno evoluciona, se vuelve complicado e inseguro, uno se interesa en los dilemas morales más que en quién le rompió a quién la cabeza. Y en ese punto uno debería retirarse y dejarles el campo abierto a hombres más jóvenes y más simples, si no, uno empieza a imitar a sus imitadores."

Dilemas morales. Qué putada.

No estoy de acuerdo. Muchos jóvenes se atormentan igual o más que un veterano a la hora de desritualizar un trabajo artístico.

Aunque es verdad que el gusto se educa con escepticismo y capacidad para aburrirse de las cosas aburridas.

Pero...

A mí, me gusta que en la novela negra, el escritor se enrolle y, haya matones, palizas, asesinatos, secuestros. Y sobre todo que meta muchas comparaciones metafóricas y descripciones de la personalidad de los personajes.

A mí, me parece que Raymond Chanler, cuando dijo esas cosas tenía ya la edad ruin. La edad ruin, llega a partir de los cincuenta más o menos. Se empieza a despreciar lo que hace gente más joven de pura envidia. Uno se infecta de pelusa al descubrir que mientras tu talento ya ha dado todo de sí, algún chiquilicuatre aniñado de veintipocos es capaz de lograr cuajarones de éxtasis en la gente, con su inventiva.

A mí, me afecta mucho. Yo ésto lo sé ahora. Porque mi odio hacia los jóvenes virtuosos, ¡maldita sea!, hace tiempo que raya en lo patológico. Me dan tanto asco esos cabrones tan listos, como el fibroma mental del tamaño de una paletilla de jamón de los puretos que fingimos despreciarlos.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Tengo encima de la mesa un Cultural, en el que conmemoran diez años de no sé qué, y del que sólo he leído un relato de Montero Glez.

Tengo un ensayo de Julián Ríos, titulado Quijote e hijos, un libro de conversaciones de Philip Roth, El Oficio, y la Poesia Completa de Sylvia Plath.


Tengo que contestar a un mensaje de Sagrario Manrique, diciéndole que sí, que iré a esa cena del día veinte.


Tengo en el pensamiento un pensacierto, que ésta noche no tengo el cuerpo para fríos. Hay cierzo helador y no hay nada ahí afuera que me entusiasme lo suficiente para salir.


Tengo fundados motivos para estar contento. Hoy me he dado cuenta de la grandeza de mi insignificancia. Soy capaz de percibirme a trozos, notar algunas zonas de mi estructura física, que viven en mi, que han estado siempre conmigo pero que apenas se han dado a entender, quizás por timidez o prudencia, el caso es que nunca les he hecho demasiado caso hasta el lunes que empecé a toser. Cuarenta y cinco años fumando y el médico me ha dicho que mis pulmones pueden filtrar otros cuarenta y cinco años de humo.

Tengo que descubrir qué es mejor, descubrir o recubrir, olvidar o recordar, leer o releer, querer o requerir, saber o resabiar, vivir o revivir, escribir o desistir.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Ayer me dejó boquiabierto, Juan Francisco Ferre, en el acto que Manuel Vilas organizó en la Biblioteca de Aragón para debatir acerca de la Nueva Narrativa, por su facilidad de palabra, por la meridiana claridad de sus planteamientos y por su habilidad para zafarse con destreza y elegancia de las torpes cuchilladas que le lanzaba Félix Romeo. Duro pellejo, el de J. F. Ferre, no le pasaba una.
Y eso caló en la gente, (escritores y profesores de literatura) a quien era difícil embaucar a base de morro. De todas formas hay que reconocer que el rifirrafe contribuyó a hacer más divertidas las exposiciones. Juan, no era una presa dispuesta a acojonarse ante los obvios trucos verbales del basilisco Romeo.
Dicho lo cual, yo, sí que noto la diferencia entre sísmicos aguafuertes, ironías, galimatías, prodigios cuaresmales, y cacofonías de la llamada, generación Nocilla, y la enraizada narrativa al uso y abuso de formas oxidadas de narrar.
Se dijeron muchas cosas interesantes. Julián Rodriguez estuvo brillante en su exposición de datos de editoriales y estructuró con perfección su convencimiento de que no hay nueva ni vieja narrativa, todo es válido si hay calidad.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Me gustaría ser negro, o ser gay, ser algo de lo que sentirme orgulloso o indignado en éstos días.

La victoria de Obama ha henchido desde lo más hondo el pecho de los negros y ese subidón es impresionante. Hoy por hoy la raza negra es la mejor raza de todas la razas. La noche mítica del 4N marca un antes y un después en la fusión del color de la piel, en las aspiraciones de los ninguneados y bla, bla, bla.

Las declaraciones de la Reina Sofía a través de una escritora oportunista, han cabreado a los homosexuales y cambiado (a peor) su imagen, que debería ser como el agua, (inodora, incolora e insípida). La cagó, la reina madre y ese impacto ha proporcionado a los maricones, motivos para que esa ilustre dama, les caiga como el culo, ejem, bueno, no quiero decir que un culo les caiga mal, ya me entendéis, y bla, bla, bla.

El caso es que como ni soy negro ni bujarra, me da igual todo. De tensión arterial, 12/8, o sea, normal, no me afectan sorpresas ni sobresaltos, nervios de acero y, un estómago poco proclive a la náusea y, la planicie de mi inconsciente, alcanza límites insospechados de desarrollo, y bla, bla, bla.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Uno de los alicientes del ordenador es que te obedezca con celeridad, que siga tu ritmo y que no se llene la pantalla de mierda publicitaria enviada por esos hijos de la gran puta que son los hackers. Mi computer necesita un fumigador experto, esto acaba con mis nervios. Cada vez que lo enciendo se llena de errores. Gracias a todos por seguir entrando pero esto da asco, voy a cortar por lo sano, ¡a la mierda!, tanto esperar a que cargue resulta cansino. Me dan ganas de estamparlo. Me siento estúpido aquí delante y me jode tener que llevarlo a formatear.
¡Ala, zanjada la cuestión!. Me cago en sus muertos.

sábado, 1 de noviembre de 2008

La oficina del cementerio no abría hasta las cuatro de la tarde. Eran las tres. Iba a llevar flores a mi padre, a mis abuelos, a un hermano de mi madre, y a mi suegra. Como siempre me armo un lío buscando los nichos, suelo recoger un plano del camposanto pues soy incapaz de recordar cada uno de noviembre los sitios exáctos y marea ir de manzana en manzana al tun tun. Todas son iguales y, si bien he adquirido la costumbre desde hace seis o siete años de realizar esa visita sin fallar uno sólo, tardar más de lo necesario me cabrea. LLego, limpio la lápida, si hay que limpiarla, pongo las flores, me quedo mirando los nombres unos segundos, y me voy. Pero hoy no me ha quedado más remedio que hacer tiempo y lo he empleado en fisgonear lúgrubes panteones con esculturas de cristos, vírgenes y ángeles, fechados desde mil ochocientos y pico, tumbas de los años veinte, y capillas de los cuarenta y sesenta. Alguna vez he escrito acerca de la poca imaginación a la hora de redactar epitáfeos curiosos. Estoy por crear una franquicia y alquilar unos pocos metros en grandes superficies.

-SE HACEN EPITÁFEOS PERSONALIZADOS, ÜLTIMAS SINCERIDADES.

-Haga que el día de Todos los Santos la gente que le conocía le recuerde comprensivamente y la que no, le envidie por gran su sentido del humor.

Ahora con la crisis, hay que discurrir y al negocio mortuorio se le puede sacar mucho partido.

LE FALLARON LOS FRENOS AQUELLA MADRUGADA A MI ERECCIÓN DE CABALLO
MIENTRAS MI NOVIA ME HACÍA UN TORNIQUETE CON LA BOCA
Y YO CERRABA LOS OJOS DE GUSTO.

NO NECESITABA GRAN COSA PARA VIVIR, EL ALQUITRAN DE DOS PAQUETES DE TABACO
DIARIOS Y LA MELODÍA DEL SAXOFÓN DE MIS BRONQUIOS FUERON CONFIGURANDO
MI ASPECTO ACTUAL.

NUNCA SABRÉ POR QUÉ, NO ME ENTERÉ DE NADA, TAMPOCO SÉ SI ÉSTE ES MI CADAVER
PORQUE NO TENGO NI LUZ NI ESPEJO.

ME PASÉ CON LA VIAGRA.

NECESITABA CAMBIAR DE AIRES.

MALDITA SEA, LA INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA FUE UN FRACASO
PERO LO QUE PEOR LLEVÉ, FUE EL HEDOR DE LA HALITOSIS DEL CIRUJANO.

CADA DÍA ME NOTO MÁS DELGADO.

Porque se habla mucho de epitáfeos famosos, pero yo, aquí en Zaragoza aún no he leído ninguno.

Tambien podría crear una tienda virtual por internet: www.epitafeoscachondos.com.

¿A que es una idea cojonuda?.

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paquétecuento from 11 mar 2008


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